María
Esperanza Londoño En la Sala de La Javeriana
LOS
DESNUDOS Y EL ANONIMATO
Sin
tener una información certera sobre los años que lleva tras su pincel María
Esperanza Londoño, actualmente exponiendo en la Sala de la Universidad
Javeriana, penetré en el amplio salón con tres paredes de tamaño respetable,
ocupadas por cuadros de esta pintora y mis ojos cayeron de inmediato sobre dos
obras puestas exactamente en el centro de la pared principal: eran la misma
espalda femenina dos veces desnuda. Luego mis ojos viajaron de nuevo hacia la
misma mujer colgada en uno de los rincones, esta vez abrazada a una de sus
rodillas.
Me
pareció evidente que lo único importante en esa modelo era su cuerpo.
Consciente o inconscientemente, el pincel que la retrató huyó de mirarle el rostro
y en su lugar hay sencillamente una línea, un esbozo.
Recorrí
también el resto de las paredes con cierta rapidez porque ya de antemano mi
criterio me dictaba que la esencia del futuro artístico de esta pintora de años
recientes, estará fundamentalmente en los desnudos femeninos en los cuales su línea
vigorosa y natural se desplaza por los músculos cobrizos de su modelo.
Me
pareció entender de manera muy intuitiva, que así como el niño comienza a tomar
conciencia del mundo, descubriendo primero su propio cuerpo, María Esperanza
Londoño arribó a la creación descubriendo la elementalidad de una espalda
femenina de nalgas generosas y allí estuvo su primer instante artístico,
reproducido varías veces en esa mujer que insistentemente pone la espalda al
espectador. Por qué? Qué se propone demostrar?
El
anonimato. No lo escuche de los labios de la autora. Lo leí en otras de sus
pinturas, a las que regresé más lentamente y en las que ya no fue la línea lo
que me impactó, sino el alo de anonimato que ella imprime en los personajes de
la noche. También sentí que en este caso ella esta obedeciendo más a su intuición
que a una racionalización de los escenarios nocturnos. Hombres jóvenes de
sombrero la mayoría de las veces con los ojos oculto?. Por qué les esconde los
ojos? Porque le falta dominio de la expresión de los rostros. Ahora me devuelvo
a la mujer y su espalda. Será esta la respuesta para que ella permanentemente
esconda la cara debajo del brazo ?... quizás.
He
ahí el reto para la autora. Es capaz de desnudar las figuras. Es capaz de
generar una atmósfera. Ahora bien, tiene que trabajar las caras. Esa es su
debilidad por excelencia y no puede huirle. Es seguro que afrontará esta etapa
de su desarrollo con el mismo valor con que escogió al público universitario
para lanzarse al ruedo. En el segundo semestre del año pasado expuso en el
Icesi y allí estuvieron sus cualidades y sus debilidades en medio del barullo
de las clases. Tuvo adeptos y tuvo inconformes y entre tanto ella continuó
trabajando para mostrar los resultados ahora en la Javeriana donde se adivina
que hubo una influencia del diálogo con el público: hay mayor expresividad en
los músculos, hay trazos delatores en una línea segura.
La
exposición se prolongará hasta el 23 de marzo. La próxima vez iremos a leer su
evolución y seguramente también su experimentación en materiales. Porque en
algunos casos pinta sobre papel de envoltura en un intento por domesticar
materiales originalmente no concebidos para el arte.
GILMA
JIMÉNEZ CASTILLO
Cali
Marzo 1993
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